Hoy es un gran día, por fin brilla el sol y
puedo volver a sonreír y compartir mi alegría; si la alegría llegó a mí es para
poderla compartir con todas las personas a las que quiero.
Alegría no compartida, alegría desvanecida.
Una cosa es que en tu interior estés alegre, te sientas bien y otra muy
distinta es que la compartas, aunque lo que se interioriza se acaba
manifestando. Cuando estamos alegres se contagia y todas las personas desean
estar con nosotros; por el contrario, cuando estamos serios o enfadados, la
gran mayoría se aparta y, hace bien, ya que nada bueno le podemos da. Solamente
aquellas personas que nos quieren de verdad aguantarán nuestros malos momentos.
Agradezcamos a aquellas personas que
pacientemente aguantaron nuestros enfados y compartamos las alegrías con todo
el mundo; nunca sabremos cuán necesitados están otros.
UN ALEGRE Y ESPONTÁNEO ABRAZO
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