Muchas veces ponemos resistencia a todo lo que nos
sucede, y en realidad lo que sucedió era lo que nos merecíamos.
Deberíamos aceptar lo que nos acontece, y en todo caso para la próxima
intentar cambiar antes, para que esto no suceda así.
Nos lamentamos mucho, pero cambiamos poco. Con lo cual los acontecimientos se nos repiten una y otra vez, aunque no nos gusten.
No hagamos muchos propósitos, casi nunca funcionan; hagamos pocos, pero que sean más sencillos, e introduzcamos pequeños cambios diarios.
UN ACEPTADO, PERO DIFERENTE ABRAZO
No hay comentarios:
Publicar un comentario