Todos necesitamos que confíen en nosotros, pero los demás también precisan de nuestra confianza...
Perder la confianza de alguien es de lo más fácil, a veces, basta con
unas palabras salidas de tono, un mal comentario o una mala acción, que
ni siquiera sabias pudiera ofender, y se acabó la relación...
Otras veces, los demás dejan de confiar en nosotros, porque previamente
hemos perdido la confianza propia y, sinceramente, si uno ya no confía
en sí mismo, seguramente ya todo es desconfianza...
La confianza es un bien que no podemos perder, guardémoslo como el mejor de los tesoros y hagamos buen uso de él...
UN CONFIADO ABRAZO
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