Cuidemos de nuestras relaciones personales, todo lo
demás es pasajero, pero la amistad que se pierde no es fácil volverla a
recuperar.
Es más fácil crear una nueva amistad que recuperar la
perdida; la amistad perdida está herida y siempre quedará una cicatriz,
en muchos casos difícil de disimular; podremos limar asperezas, podremos
limpiarla y no hablar de aquello que nos separó, pero siempre estará
presente lo que nos distanció; a veces, sobre todo en relaciones familiares, se necesita el fallecimiento de un miembro de la familia para volver a la reconciliación familiar ¡triste realidad!
Si de veras nos importa la relación perdida, hagamos lo necesario para
acortar distancias y volver a unirnos y, si esto no es posible, por
favor, no guardemos rencor, quizá, algo de culpa también tuvimos y puede
que un día nos tengan que perdonar a nosotros.
UN RECONCILIADOR ABRAZO
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