¿Qué es lo que te impide avanzar? ¿Tus miedos,
tus preocupaciones, el qué dirán, los obtáculos que te ponen los demás o
los que tú te pones a ti mismo? Cuando soluciones estas cuestiones,
avanzarás.
Antes de querer avanzar, párate un poco, quizá el rumbo
que llevas no es el adecuado; tienes que saber a dónde quieres ir y por
qué deseas estar allí. Cuando tengas claro el porqué, el cómo te llegará
sin ni siquiera darte cuenta. Puede que tengas que luchar,
que sudar, que llorar, incluso, te quedarás sólo; aun así, tu camino a
seguir lo tienes ahí y lo tienes muy claro, cada vez te acercarás más y
con esta motivación nada podrás temer para llegar a tu objetivo final.
Lucha y avanza, avanza y lucha y la victoria estará a tu alcance y cuando menos lo esperes te sorprenderá y te recompensará.
UN ABRAZO SIN DEJAR DE AVANZAR
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