El fin es la traición a toda excusa. Normalmente,
hacemos uso de las excusas para poner fin a algo que, se nos resiste o,
simplemente, no nos apetece hacer el esfuerzo necesario para estar
presentes en un evento.
Cuando buscamos la excusa por la que no
estar en un determinado sitio, créeme, la encontramos y, además, hacemos
que sea razonablemente lógica y creíble a los demás. Lástima de
actuación, porque si eso mismo lo hiciéramos, buscando la razón por la
que debemos de estar, seguramente la hallaríamos.
Cuando la razón por la que debemos de estar es el fallecimiento de un
ser querido, no hay excusa que nos detenga, hacemos lo necesario y un
poco más, pero llegamos puntuales.
Espero que de ahora en adelante,
no te pongas tantas excusas y busques más las razones. Empezarás a hacer
que todo sigue funcionando, igualmente, con tu presencia o sin ella.
UN ABRAZO SIN EXCUSA ALGUNA
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