No puedes respetar a los demás si antes no te respetas a ti mismo.
La mayoría de las veces buscamos que nos respeten, pero casi nunca
actuamos de la forma y manera que los demás esperan que lo hagamos,
porque ni siquiera sabemos cómo respetarnos a nosotros mismos.
Creemos que lo que hacemos y decimos es lo correcto y lo mejor, sin apenas pararnos a pensar en el punto de vista del otro.
Muchas veces, ni sabemos respetar nuestros impulsos ni nuestro cuerpo,
vamos siempre a la contra de como deberíamos actuar y, sin embargo,
pretendemos y exigimos el respeto de los demás.
Craso error. Dejémonos de tanta hipocresía y actuemos en el respeto hacia nosotros y hacia los demás.
UN RESPETUOSO ABRAZO
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