No temas perder, teme el no poder emprender. Los emprendedores siempre acaban ganando.
Puedes perder mil batallas y, aun así, ganar la guerra; puedes perder
la guerra y salvar tu vida; pero si pierdes la vida, lo perdiste todo,
siempre y cuando no hallas dejado huella de tu existir.
Tu vida vale
mientras vives y después ¿quién crees que se acordará de ti y por
cuánto tiempo? Todo girará en torno a la capacidad que hayas tenido de
hacer buenas obras.
Haz que tus actos brillen y tu ausencia perdurará.
UN CREATIVO ABRAZO
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