Hay veces en que no hacemos caso a todo lo que nos dicen y ¡menos mal ! Otras veces, hacemos demasiado caso a todo cuanto nos dicen y ¡así nos va !
En buscar el equilibrio entre lo que decimos, lo que nos dicen, lo que deberíamos escuchar y lo que no, estriba gran parte de nuestro malestar y de nuestra felicidad. Muchas veces, sabiendo menos, tenemos menos de qué preocuparnos y éste puede ser un gran motivo para no agobiarnos. Otras veces, sabiendo más, podemos hacer un juicio mas veraz, sin temor a equivocarnos.
Cada quién debería saber lo que debe o no debe hablar o escuchar y, si no lo sabe, ya el tiempo y sus consecuencias se lo explicarán sn necesidad de que nadie le diga nada más.
UN BUEN ABRAZO, NO PRECISAS HABLAR Y, PUEDE, QUE DIGAS MUCHO MÁS
No hay comentarios:
Publicar un comentario