Cuando la locura invade nuestro sentir por la llegada
del amigo que hacía tiempo no veíamos, se trasforma en una emoción
difícil de liberar, nada es comparable ni se puede igualar.
No
todos los recibimientos son iguales y, mucho menos, los inesperados;
tampoco ninguna persona es igual a otra ni manifestamos nuestras
emociones de la misma manera. Pero no cabe duda de que todo lo
inesperado, sobre todo la llegada de algún ser querido o amigo, es bien
recibida y nos alegra la vida, éste es uno de los bellos momentos que siempre debemos atesorar.
Si a tu puerta llegó y tú le abriste el corazón, déjalo que habite en ti el mayor tiempo posible y agradécelo eternamente.
UN BUEN ABRAZO DE RECIBIMIENTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario