Hay que ver lo que nos cuesta desprendernos de ciertas cosas que ya ni siquiera
usamos.
Hoy me comentó un señor que tenía unas gafas de sol nuevas pero no las usaba, hasta que se le rompieron las otras que llevaba. Es un sencillo ejemplo de que algo nos tiene que suceder para que nos empuje a abandonar lo viejo y hacer uso de lo nuevo.
Nos aferramos a las cosas de tal manera que llegamos a ser parte de ellas, cuando éstas sólo están para nuestro uso y disfrute.
No te aferres tanto a lo viejo, ni siquiera a lo vivido, pues tienes que saber, que todo lo presente y nuevo, a buen seguro, será mejor.
UN RENOVADO ABRAZO
Hoy me comentó un señor que tenía unas gafas de sol nuevas pero no las usaba, hasta que se le rompieron las otras que llevaba. Es un sencillo ejemplo de que algo nos tiene que suceder para que nos empuje a abandonar lo viejo y hacer uso de lo nuevo.
Nos aferramos a las cosas de tal manera que llegamos a ser parte de ellas, cuando éstas sólo están para nuestro uso y disfrute.
No te aferres tanto a lo viejo, ni siquiera a lo vivido, pues tienes que saber, que todo lo presente y nuevo, a buen seguro, será mejor.
UN RENOVADO ABRAZO
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