DICHOSO DOMINGO
¿Cuántas veces has deseado que a alguien le vaya mal?
Quizás sólo lo pienses y lo desees por breve espacio de tiempo o puede que te llegue a obsesionar y no seas capaz de sacártelo de tu mente.
Lo cierto es que nuestros pensamientos nos dominan y no somos capaces de controlarlos.
Creo que lo mejor que podemos hacer es agradecer ese pensamiento, pero en ese mismo instante decir "gracias, pero no deseo ocupar más mi mente con esto y te dejo ir"
Es una simple liberación, que debemos practicar con asiduidad.
UN LIBERADOR ABRAZO