Nos habíamos ido, pero ya hemos vuelto, con fuerzas renovadas, dispuestos a dar lo mejor que tengamos.
Ya ves tú y ¿creías que no íbamos a volver ? Pues aquí nos tienes,
dispuestos a ayudarte. ¿Dime qué quieres que hagamos? ¡Ah, perdonad!
Ahora ya es tarde, nunca pensé que volverías y solicité ayuda a otras
personas.
Un simple suceso que, quizá, te haya acontecido o sepas de
alguien que así le sucedió. Creemos que somos imprescindibles y, en ese
momento, así era; pero la realidad es que todos somos necesarios y nadie imprescindible.
Gracias por ofrecerme tu ayuda.
UN ABRAZO DE IDA Y OTRO DE VUELTA
No hay comentarios:
Publicar un comentario