Dime cuánto has compartido y te diré cuánto has
vivido. Todo lo que no se comparte no tiene valor, si aún te queda algo
de alegría, compártela, hay mucha gente que necesita de ella.
No
siempre uno está alegre, pero realmente ¿para qué vas a compartir tus
tristezas? Habrá personas con las que puedas y debas compartir tu
malestar, pero a la gran mayoría, créeme, no le importa. Muchas personas
se quejan de su vida, del gobierno, de su trabajo, de todo. Les escuchas, pero tampoco te involucras en sus males, simplemente les dejas que hablen deseando que se cayen cuanto antes.
Esa es la gran verdad, lo que otros comparten con nosotros, casi nunca
nos interesa; por eso, procura compartir tus alegrías, eso le gusta a
todo el mundo.
UN COMPARTIDO Y ALEGRE ABRAZO
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