No puedes hacer todo tú solo, por más que lo intentes no lo lograrás y te
frustrarás más fácilmente.
Qué gran verdad, queremos llegar hacer todo sin pedir ayuda y resulta que no llegamos a hacer casi nada o aquello que hacemos no resulta todo lo bien que deseariamos, nos agobiamos y se nos pone mal carácter.
Saber pedir ayuda parece algo fácil, pero no para todo el mundo, no todos tenemos la capacidad, la humildad, la elegancia o la gracia de saber pedir lo que necesitamos, aunque sean pequeños favores.
Quizás deberíamos practicar el arte de pedir con mayor asiduidad, dejar a la otra persona que aporte su saber, su opinión, su fuerza o su voluntad de ayudarnos, nos beneficiaria tanto a ellos unos como a nosotros.
Deja tu arrogancia a un lado y practica la humildad de pedir, seguro que algo bueno recibirás.
UN ABRAZO SIN NECESIDAD DE PEDIRLO
Qué gran verdad, queremos llegar hacer todo sin pedir ayuda y resulta que no llegamos a hacer casi nada o aquello que hacemos no resulta todo lo bien que deseariamos, nos agobiamos y se nos pone mal carácter.
Saber pedir ayuda parece algo fácil, pero no para todo el mundo, no todos tenemos la capacidad, la humildad, la elegancia o la gracia de saber pedir lo que necesitamos, aunque sean pequeños favores.
Quizás deberíamos practicar el arte de pedir con mayor asiduidad, dejar a la otra persona que aporte su saber, su opinión, su fuerza o su voluntad de ayudarnos, nos beneficiaria tanto a ellos unos como a nosotros.
Deja tu arrogancia a un lado y practica la humildad de pedir, seguro que algo bueno recibirás.
UN ABRAZO SIN NECESIDAD DE PEDIRLO
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