Todos, cuando nacemos, venimos desnudos y sin
equipaje, poco a poco, nos van vistiendo y enseñando a caminar, comer,
hablar y así, sucesivamente, van cargando nuestra mochila.
Nadie
nace aprendido. Todo, absolutamente todo, nos lo tienen que enseñar y ni
siquiera hay padres que, con su primer hijo, tengan la experiencia para
ello; pero el amor, el instinto, el sentido común y la responsabilidad
que nos trasmitan, será lo que en parte determinará nuestra educación y nuestro futuro.
No sólo nuestros padres han de enseñarnos; en nuestra vida, tendremos
muchas personas que nos irán dando la ruta a seguir. Después, nosotros
tendremos que saber con qué quedarnos y con qué no.
Siempre
tendremos un momento para podernos sentir orgullosos y felices de
nuestros padres y educadores y agradecerles todo cuanto por nosotros
hicieron.
UN ABRAZO DALO COMO TE SALGA DE TU INTERIOR, ÉSE SERÁ EL MEJOR
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