A nadie le gusta perder dinero y mucho menos a una
empresa porque ésta depende de sus trabajadores que, con buena lógica,
desean cobrar.
Cada vez que perdemos algo nos molesta; muchas veces,
no es la cantidad sino el estropicio o el inconveniente que de ello
deriva, otras veces, sí que nos molesta, incluso, nos puede llegar a
herir sentimentalmente.
Hay pérdidas y pérdidas, algunas, hasta nos pueden beneficiar en un futuro no muy lejano; otras nos incomodan de tal forma que nos puede cambiar nuestro existir.
Como quiera que sea, afronta tus pérdidas lo mejor que puedas; porque
en ocasiones, tendrás quien te ayude a superarlas, pero otras muchas te
verás sólo. Sé valiente y aguanta lo que puedas.
UN ABRAZO, PUEDE ALIVIAR TU PÉRDIDA
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