Somos tan poco agradecidos que, llegamos a pensar que nos merecemos lo que tenemos y mucho más, por derecho o por decreto.
Qué vanidosos llegamos a ser, hasta el punto de que dar las gracias,
nos cuesta como si ello fuera una bajeza. Nada engrandece más a una
persona como la virtud de ser agradecida; si fuésemos un poco más
humildes y alcanzásemos a ver todo cuanto poseemos, todo cuanto somos y
todo cuanto nos quieren, no tendríamos horas suficientes para estar
agradeciéndolo sin parar.
Son tantas las cosas y virtudes que nos
dan en el momento de nacer que toda una vida no nos basta para
agradecer. No te permitas el lujo de ser desagradecido porque aunque
para ti no sea muy importante, para otras muchas personas sí que lo es.
UN BUEN ABRAZO, ES UNA BUENA SEÑAL DE AGRADECIMIENTO
No hay comentarios:
Publicar un comentario