Cuando entablamos conversación con otra persona,
siempre actuamos de tres maneras diferentes; lo que piensas, lo que el
otro piensa y lo que realmente quieres decir.
Siempre que nos
comunicamos, mostramos a los demás lo que queremos que vean, a no ser
que, con quien hablamos, sea una persona muy familiar o muy allegada;
pero de normal, nuestra mente y nuestros gestos, manifiestan lo que
queremos que el otro vea. Lo mismo le sucede a nuestro interlocutor,
siempre, algo se guarda que jamás llegaremos a ver, por mucho que entendamos de su lenguaje o de su comportamiento.
Son muy pocos los casos en los que las personas hablan a corazón
abierto; seguramente que éstos se den más en momentos emotivos o cuando
alguien se quiere despedir para siempre. Procuremos manifestar más a
menudo nuestro sentimiento antes de que sea demasiado tarde.
UN BUEN ABRAZO, SUELE SER UN BUEN ACTO DE COMUNICACIÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario