A todos nos gusta que de vez en cuando nos halaguen,
nos presten atención, nos reconozcan nuestros méritos, nos tomen en
consideración y nos hagan sentir importantes, entre otras cosas.
Y
todo esto nos gusta, porque al igual que el comer alimenta nuestro
cuerpo, las alabanzas nos da la energía necesaria para satisfacer
nuestros deseos de vivir.
Si esto es así, procura ser más agradable y sociable con tus semejantes, porque ellos tienen los mismos deseos que tú.
UN HALAGADOR ABRAZO
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