"Me siento orgulloso de ti". Así,
escritas estas palabras quedan muy bonitas, una gran frase ¿pero cuánto uso
hacemos de ella? ¿Cuánto nos cuesta pronunciar esta corta y bella frase?
La frecuencia en halagos, no es lo que más
se prodiga, más bien, todo lo contrario, somos más dados a criticar y enjuiciar
sin cesar. ¿Porque nos cuesta tanto ensalzar a los demás? Quizá, nunca hayamos
parado a pensar en ello y actuamos sin más ni más, debido a lo que
constantemente escuchamos o, puede que el halagar a los demás nos resulte o
creamos que nos pueden ver como personas pedantes.
No te preocupes tanto por lo que de ti
piensen, si tienes algo bueno que decir, no te calles ¿acaso no endulzas tu
café o condimentas tu comida? Entonces, haz lo mismo con las personas. A todos
nos gusta que hablen bien de nosotros.
UN ABRAZO, SIEMPRE ES UN
HALAGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario