DICHOSO DOMINGO
Bendita normalidad.
Que gran verdad; no sabemos lo que podemos llegar a añorar la normalidad hasta que una desgracia se apodera de nuestro ser. Sin saber ni como ni por qué, nos llega esa enfermedad quitándonos todo poder, es en esa lucha, principalmente, donde aprendemos a amar la normalidad. Cuando nos vamos recuperando, es cuando más nos acordamos de que la rutina diaria, la tarea laboral, el esfuerzo por sobrevivir, no eran tan ...costosos como la recuperación de nuestra enfermedad.
No se valora lo que se tiene hasta que lo pierdes; no esperes a que esto suceda y valora todo cuanto hoy eres agraciado de poseer.
UN ABRAZO CON TOTAL NORMALIDAD