Translate

sábado, 18 de mayo de 2013


FELIZ DDOMINGO
¿Por qué discutimos tan airadamente, incluso elevando la voz tanto que somos incapaces de escuchar al otro? ¿será que no tenemos toda la certeza de lo que hablamos?
Creo que nos sucede a todos o a una gran mayoría, porque, sencillamente, no somos tan buenos dialogantes como nos creemos y mucho menos estamos en la posesión de la verdad.
¡Qué difícil es saber frenar una discusión cuando se comienza a alzar la voz! lo peor es que, al no frenarla, se llega a las manos. ¿Cuánto mal entendido, cuántos amigos olvidados, cuánto cliente perdido... sólo por no haber sabido callar a tiempo?
¡Una pausa a tiempo, puede ser una de las mejores batallas ganadas!
UN PAUSADO ABRAZO 

No hay comentarios:

Publicar un comentario