acercarnos a los demás.
Podemos no acabar de construirlos y nadar para llegar.
Podemos comenzar una y mil relaciones, conocer muchas personas de aquí
y de allá, pero por muchas personas que conozcamos, sólo unas pocas
ocuparán ese privilegiado lugar.
Construyamos puentes de buenas relaciones, pero procuremos que primero llegue al corazón de nuestros seres queridos, familiares y amigos; sin olvidarnos de nadie.
Todos tenemos el deber y la obligación de llevarnos bien, aunque en
muchos casos esto sea imposible por la manera que cada uno tiene de ser.
Establezcamos lazos de amor y fraternidad, sin que nos importe su nacionalidad.
UN CONSTRUTIVO ABRAZO
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